No había conocido enemigo tan poderoso en décadas. Desde los años 70, cuando el mejor Borussia Monchengladbach de la historia retaba al continente desde el descaro de su humildad. O en los 80, cuando el Hamburgo acrecentó sus temores en busca de competir en grandeza nacional. Y es que la Bundesliga jamás ha abandonado durante más de tres años al Bayern de Múnich en lo más alto de su ‘foto finish’.Los bávaros no sólo han levantado la mitad de las Ensaladeras en los últimos veinte años, sino que sus fracasos han sido momentáneos y pasajeros, siempre limando los golpes a su identidad y frenando a cualquier enemigo que levantara la voz ante su sometimiento. Esa pelea anual, mitigada normalmente con su capacidad para romper dinámicas ganadoras reforzándose con las estrellas del campeonato para debilitar al resto, no han surtido efecto últimamente pues el Borussia Dortmund ya es el rival más poderoso al que se han enfrentado los muniqueses en su historia.
Bastaría recordar el merecidísimo título logrado el año pasado por la generación de Jurgen Kloop, basada en un fútbol asociativo, hermanado con la juventud, la movilidad y la identidad ofensiva como principio de todos sus detalles. Una línea que, salvo por la marcha de Nuri Sahin, ha sido rediseñada este curso con similar productividad. En el Westfalen confiaron en un proyecto a largo plazo donde han encontrado fantasiosos reclamos internacionales en la técnica de Kagawa, el talento de un canterano brillante como Gotze, la eficacia de un delantero móvil como Lewandowski y hasta parece que un mediocentro de categoría contrastada con Gundogan. Un colectivo sin estrellas mundiales pero con suficientes argumentos como para generar nuevas ilusiones en un club que supo leer su crisis para evitar errores y despertar de su letargo. Además, reactivando la mejor de sus versiones para desestabilizar el dominio de un Bayern que en la última década se ha acostumbrado a levantar una Bundesliga y ceder en la siguiente (tenemos un ganador intercalado con el Bayern desde 1996).
Más allá de poder reajustar su economía para evitar ser desmantelado por los mejores clubes de Europa y hasta por el propio Bayern, el mérito de este Dortmund ha sido encontrar continuidad en una base tan inexperta. El actual campeón suma 22 partidos sin perder y ha ganado diez de los últimos once compromisos, con una diferencia de goles de +44. Y es ahí donde, en el fondo, sus grandes perspectivas son defendidas por la estadística puesto que el Bayern está teniendo que sacar lo mejor de sí mismo para intentar recuperar el trono germano. Los muniqueses suman 19 goles en los últimos cinco encuentros, acumulando victorias y aprovechando algún desliz en forma de empate del líder, algo que les ha dado opciones en un título que tenían aparcado sin novedades ni perspectivas. Y es que ante todo, la obsesión de los de Jupp Heynkes este curso no es otra que la final de la Champions que disputarán en su estadio. Tanto, que ya ha ido dando descanso a jugadores clave en los anteriores encuentros y ya ha admitido que “la eliminatoria ante el Real Madrid nos va a desgastar en exceso en todos los sentidos”. Ambos llegan, por tanto, en rachas muy positivas.
Pero las similitudes no terminan ahí. Sus dos canteranos estrella, Mario Gotze y Bastian Schweinsteiger, podrían regresar al césped después de meses de problemas físicos. El prometedor enganche amarillo no juega desde el mes de diciembre y, aunque apurando e infiltrado, se rumorea que volverá a tener unos minutos este miércoles. Mientras, el capitán bávaro ha pasado un curso terrible arrastrando dolores en la rodilla que le han impedido tener regularidad hasta el punto de haberse perdido casi un 40% de los partidos de su equipo (a pesar de que volvió la pasada jornada).
El duelo cruzará a dos de los goleadores del campeonato, dos puntas absolutamente diferentes como Robert Lewandowski (19 goles ligueros) y Mario Gómez (25 goles ligueros). Uno ha logrado ganarse su hueco rompiendo los planes del teórico titular, Lucas Barrios, hasta concretar sus cualidades en un sistema que se adecua mejor al colectivo gracias a su movilidad, técnica asociativa y celeridad. El otro, siendo el goleador más poderosos del fútbol alemán en los últimos años, rompió el mercado con su traspaso record (30 millones de euros) y ha destrozado a aquellos analistas que nunca confiaron en sus capacidades. El gran momento de Kagawa justo cuando se duda de su continuidad tras haber rechazado una oferta de renovación o los desequilibrios extremos de Ribery-Robben, serán protagonistas de un duelo que sólo tiene dos diferencias claras entre ambos clubes, sus entrenadores. Kloop es enérgico y juvenil. Heynckes experto y tenaz. Dos perspectivas que ya han demostrado ser eficaces.
Si Dortmund vence, sacará seis puntos a un Bayern que, si lograra imponerse, sería líder por mejor diferencia de goles. Una lucha que se equilibraría al máximo a falta de sólo cuatro jornadas restantes. Conscientes de que, además se enfrentarán en la finalísima de Copa el 12 de mayo, los dos ‘gigantes’ intentar justificar el regreso al orden natural del fútbol alemán o la ruptura de los cánones pre-establecidos.
Por Jose David López
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